09 enero, 2010

Reflexiones sobre el buen gobierno de las ONGs

Me pidieron unas respuestas para un reportaje en ABC a raíz de una mesa redonda en la que participé sobre Transparencia en las entidades sin ánimo de lucro. Estas son las ideas que después aparecieron recogidas en una columna del periódico:

1. actuación responsable de las entidades sin ánimo de lucro.
Se pide que las empresas sean socialmente responsables y actúen con criterios éticos, pero esto debe pedirse también a todas las organizaciones y entidades sociales, no sólo a las empresas. A veces parece que las entidades sin ánimo de lucro estén exentas de actuar con responsabilidad social, o se da por supuesto dado que su fin es claramente social. Y sin embargo, también las entidades sin ánimo de lucro pueden ser gestionadas con una falta total de profesionalidad y de criterios éticos. Es más, por su estructura y su forma de gestionarse, pueden ser entidades más opacas, menos transparentes, y eso puede llevar a que haya más actuaciones faltas de ética y que puedan encubrirse mejor. Por tanto hay que buscar mecanismos para que la transparencia sea real en las entidades del tercer sector, y que estén obligadas a rendir cuentas de sus actuaciones, como cualquier otra organización social. Los criterios de buen gobierno que se aplican en las empresas también deberían aplicarse en el tercer sector: separación y definición de funciones de los órganos de gobierno; rendición de cuentas; transparencia.

2. ¿Cómo deben enfocar las empresas su patrocinio y mecenazgo?
Ha habido un cambio. Antes había una mayor asimetría e poder entre empresas y patrocinados; las colaboraciones tenían un carácter más puntual, a veces en términos puramente de contribución económica y muy relacionada con proyectos concretos. Tenía, pro así decir, un carácter más filantrópico. Ahora en cambio, puede haber en ocasiones un mayor equilibrio de poder entre unos y otros; se buscan acuerdos a más largo plazo, y con un enfoque más estratégico, buscando sinergias entre las empresas y las entidades que se patrocinan.
Eso supone que la relación sea más intensa y que haya una mayor implicación en la misma gestión de las entidades. En todo caso, los criterios fundamentales de esta relación deberían ser los de transparencia y rendición de cuentas, por parte de las entidades. Las empresas deben exigir, como contrapartida a su colaboración, una gestión profesionalizada, una explicación de cómo se han utilizado los recursos que se han proporcionado y una evaluación de los resultados obtenidos. La visión filantrópica, como quien da limosna, no es propia de las empresas, pero sobre todo da entrada a conductas irresponsables por parte de los gestores de las entidades, que pueden encontrarse con una cantidad de recursos considerable sin ningún control o supervisión obre el uso que hacen de los mismos. Es fácil que surjan así conductas inmorales.

2 comentarios:

Ion Egúzkiza dijo...

Hola Joan. Un consejo: deberías cerrar tu blog "apuntes...": da muy mala imagen un blog con una sola entrada de hace tiempo (ya sabes que ahora también hay que cuidar la reputación en Internet; para volverse locos, vaya). Un saludo desde Valencia

Víctor Galván dijo...

hola me gusta gracias